31 oct 2008

CAPÍTULO 2: ARGENTINA (XI)

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Continuación de "ARGENTINA (X)"

De Humauaca a Tres Crueces y La Quiaca.



Alrededor de las 2.30 PM. y luego de espectaculares paisajes arribamos a Humahuaca.



Ya sintiéndonos muy desgastados y con un poco de dolor de cabeza comenzamos a buscar alojamiento sin éxito alguno. Ya un poco molestos (injustamente) con la falta de hospitalidad de este lugar, puesto que la gente solo quería dinero, nos sentamos en la YPF a meditar la situación y nos dimos cuenta que si nadie tenía la buena voluntad de alojarnos por más bonito que fuera el lugar, no era para nosotros. A pesar de las fuertes palpitaciones en el pecho de Pablo decidimos entonces ir a buscar nuestro lugar.


A escasos 9 km. de este turístico y comercial pueblo encontramos una escuela en la que no había nadie y en la que decidimos instalarnos. Una vez que cenamos la pasta comenzó una de las peores noches de la vida de Pablo, el dolor en el pecho (el corazón) era sumamente fuerte y apenas pudo dormir entre quejidos, contrariamente al profundo sueño de Jazmín que de vez en cuando escuchaba estos y le ofrecía hojas de coca.


A la mañana siguiente antes de las 7 AM. comenzamos el proceso de desarme de la carpa y de la carga de las bicicletas mientras que el sereno de la escuela, Delfino, arribaba y el cual muy amablemente nos ofreció agua caliente (con la cual Pablo se hizo un té de coca) e indagaba sobre el viaje.

Con destino a Tres Cruces y minutos pasados de las 8 AM. partimos. El último trecho de ascenso en los que llegaríamos a los 3780 m.s.n.m. mantenía la preocupación de Pablo, mientras lentamente seguíamos ascendiendo.



Luego de almorzar en Azul Pampa, un lugar de unas cinco o seis casas en medio de la ruta 9 (ver foto), retomamos el interminable ascenso hacia Tres Cruces.


A las 4 PM. completamos los casi 60 km. y 700 metros. de subida. Al llegar a este pueblito con tres almacenes en los que todos nos dieron voluntariamente algo para comer, descansamos allí una hora aproximadamente y siguiendo el consejo de Randy (el estadounidense que nos encontramos el día anterior) buscamos una capilla vieja, abandonada para pasar la noche.






Unos 6 km. pasados Tres Cruces vimos dos carteles, el primero indicaba los 3780 m.s.n.m. a los que nos encontrábamos y a pocos metros más adelante un pequeño cartel que decía “Capilla Vieja”, miramos para asegurarnos que no hubiera nadie y nos zambullimos en el predio sin hacer mucho ruido no fuera cosa que nos sacaran de allí. Minutos después de haber armado la carpa, notamos que era muy probable que lloviera.






Eran espectaculares el conjunto formado por rayos, nubes y la puesta de sol.Aunque fulminados de cansancio a las 7.30 decidimos que la mejor opción era desarmar la carpa-colador. Nos acomodamos como pusimos dentro del pequeñísimo campanario en el que apenas podía dormir uno y nos sentamos como en un cine (aunque con butacas un poco rígidas) a disfrutar del espectáculo natural que nos regalaba esa noche la vida. La noche, una vez pasada la ruidosa tormenta, fue sumamente tranquila.


La mañana del jueves 30 de octubre fue espectacular, diez minutos antes de la 7 AM. nos sentimos obligados a salir de nuestras crisálidas para dar comienzo a este nuevo día y disfrutar del paisaje mientras planificábamos muy por encima nuestro trayecto hasta Abra Pampa, a casi unos 30 km.






Para las 11 AM. y ya con viento en contra vimos el cartel de bienvenida a Abra Pampa. Sin dudarlo ingresamos al pueblo y comenzamos una pequeña ronda en busca de alimentos en la cual curiosamente sería injusto decir que nos fue mal, pero tampoco nos fue muy bien que digamos.


Compramos un poco de queso, un jugo Baggio y junto al pan que nos habían regalado almorzamos en la plaza principal donde disfrutamos de la Kermesse que allí se estaba celebrando.





Ya cerca de la 1 PM. decidimos emprender el último tramo del día para ver hasta donde llegábamos, teniendo en cuenta la creciente intensidad del viento norte que nos azotaba.

Tuvimos que hacer paradas con intervalos de 5 Km. (por lo menos) debido al cansancio físico y a la frustración por esforzarnos tanto y no avanzar adicionando los perros en jaurías que salían de los ranchos vecinales con todas las intenciones de atacarnos.



Encontramos una tubería de alcantarillado y reposamos como una hora esperando allí mismo que el tiempo se decidiera ya que las nubes grises y truenos luchaban fervientemente con el sol para a ver quien tomaba la delantera. Luego de una hora de reposo y meditación, pensamos que las cosas iban a cambiar.

A pesar de que nuestra buena disposición el viento se hizo más insoportable


Al llegar al Puesto del Marqués a las 5 PM. el viento no cesaba aunque tampoco se incrementaba. Imposible era detener la marcha y bajarnos sin las dos manos puestas en el manillar pues de lo contrario, el viento nos voltearía con bici y todo. No encontramos ningún posible alojamiento a simple vista en este paraje. Agotados decidimos hacer el último esfuerzo del día y pedalear otros 14 km. luchando contra la madre naturaleza y mientras asustábamos a los insoportables perros con piedras.










Ya casi sin sol a las 7. 30 PM. comenzamos a cocinar en un lugar techado que encontramos pegado a la iglesia existente en La Intermedia.


Luego de disfrutar de la pasta (fideos) que nos hubieran regalado en Tres Cruces (el día anterior) nos dejamos caer tal como si fuéramos plomadas en el mar dentro de nuestros nunca antes tan suaves y acogedores sobres de dormir.



Hoy 31 de octubre despertamos con las penumbras del sol naciente a las 6.30 AM. salimos tan pronto como pudimos para no tener problemas con los pobladores de este lugar, ya que en realidad y a pesar de que nos habían visto algunos de ellos, nadie nos había autorizado a dormir en la casa comunitaria de ladrillos de adobe donde habíamos pasado la noche.


La suave brisa en contra que hoy nos acariciaban no pudo evitar hacernos recordar el suplicio de ayer y mucho menos pudo opacar proyectar en nuestras mentes lo que sería para horas más tarde cuando estuviéramos llegando a La Quiaca.



Intentamos no proyectarnos y vivir el momento como es regularmente nuestra filosofía, así que los 15 km. que nos separaban de Pumahuasi los hubimos de recorrer en dos horas cuando normalmente teniendo en cuenta de que es llano nos hubiera llevado poco más de una hora.




Descansamos allí, comimos un poco de pan con miel y retomamos la marcha.


Este último trecho dentro de Argentina fue una linda despedida; el terco viento de ayer faltó sin aviso y a las 11 AM. estábamos fotografiando la entrada a La Quiaca.





Notarán un pequeño desfase en la altitud... ¿cuál es el verdadero?





En La Quiaca






Luego de dar algunas vueltas buscando alojamiento para no cruzar a Bolivia (a este país de peligros del que nos habían hablado) ya tan comenzado el día, nos dimos cuenta de que nos estábamos ni cansados y que recién eran las 12:30pm y podíamos pedalear un buen rato más. Decidimos entonces emprender camino en dirección al norte, a Villazón.


Frontera La Quiaca (Argentina) - Villazón (Bolivia)




Cruzando la ciudad de La Quiaca, República Argentina. A la 1 PM. del 31 de octubre nos chocamos con la aduana y luego de realizar los trámites migratorios correspondientes, a las 2 PM. ambos teníamos la autorización para quedarnos en este místico, humilde y tan tradicional país, República de Bolivia.



To be continued…




Primera foto dentro de la República de Bolivia






Continúa en ... "BOLIVIA 1"

25 oct 2008

CAPÍTULO 2: ARGENTINA (X)

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De Purmamarca a Humahuaca.





Sin aburrir mucho el relato, pero sin dejar de mencionarlo, por que no comentar que nos llevó desde las 10.40 AM. hasta las 16.40 completar este sufrido ascenso, tampoco sería justo dejar de mencionar que el fuerte viento proveniente del sur que nos ayudó muchísimo y Pablo al colocar la colchoneta en la parte trasera de la bicicleta, acomodada con algunos pulpos (ver fotos) sentía que lo empujaban de atrás y en las subidas apenas tenía que dar un poco pedal.

Entre los pueblitos que se encontraban en medio de Yala y Purmamarca pasamos Volcán, un pueblito muy venido a menos con una estación de tren abandonada que apenas lo notamos. Sin embargo, según día el cartel, Volcán es la puerta a la quebrada de Humahuaca.


A unos escasos 3 km. estaba Tumbaya, un pequeño caserío que tampoco hubiéramos notado sino nos hubiéramos detenido a conversar con un ciclista mendocino cercano a la tercera edad que venía bajando desde La Quiaca (ciudad argentina fronteriza con Bolivia hacia la cual nos dirigíamos).







Pocos kilómetros después de Tumbaya comenzó el fuerte viento a favor ,que mencionábamos, que nos empujó y acompañó hasta el empalme con la ruta que lleva hacia Chile, atravesando el corredor vial por el Paso de Jama, donde hay que ascender hasta los 4200 m.s.n.m. Luego de unos 4 Km. de cornisa (se llama en esta zona a la carretera que va como colgada de los cerros) avistamos el primer cartel de Purmamarca indicando la altitud de 2195 m.s.n.m. e inmediatamente pudimos distinguir de entre todos los cerros el famoso y precioso Cerro de los Siete Colores.


Luego de dar varias vueltas por el pequeñísimo pueblo intentamos conseguir alojamiento y sin éxito terminamos yendo hasta la misma casa de uno de los funcionarios de la municipalidad quien se veía bastante consternado de no poder ayudarnos y aprovechó para desahogarse y contarnos el destrozo que el turismo estaba haciendo sobre su pueblo, a pesar de reconocer constantemente su lucro gracias a él, de dejaba ver detrás de sus palabras un hombre sensato, honesto y consciente.

Nos contaba que los hoteles con piscina, SPA, duchas y bañeras sin control de gasto en el agua estaban agotando muy rápidamente los recursos hídricos que explotaban de los cerros de la zona desde siempre; aseguró que para el verano (2008 - 2009) seguro habrían problemas de presión y abastecimiento. Nos contó que el gobierno provincial había recientemente dado la aprobación para que construyeran un hotel cinco estrellas de tan alta gama que sólo hay otro igual en la capital argentina.

Algunos otros pormenores de sus lamentos e indignaciones eran que Marcelo Tinelli y el también conocido Macri, habían comprado algunos terrenos para revenderlos más tarde.

Luego de escuchar atentamente y tristemente lo que este buen hombre contaba, siguiendo su sugerencia salimos del pueblo hacia el oeste por la cuesta de Lipán, la que se dirige hacia Chile por el corredor bi-oceánico (culminando en el ya antes nombrado Paso de Jama).

Un par de kilómetros alejados de este “jet-set” (lugar para la alta sociedad) en la primera finca que preguntamos, como nos había dicho el personaje el antes mencionado, nos dijeron que no habría ningún problema que pasáramos la noche allí y que si precisábamos sacáramos agua señalándonos el lugar.

Para cuando armamos nuestra carpa a las 6.30 PM. y ya estábamos adentro de ella, con un poco de frío y disfrutando de una sosa polenta apareció un zorro mezclado entre algunos perros y sin ninguna vergüenza se paseó delante de nuestra morada plástica haciendo varias idas y venidas.




Al día siguiente nos enteraríamos por medio de nuestra anfitriona, Gisela, que era una de las tantas mascotas de esta pequeña finca. Este día (27/10) enseguida de secar la carpa (ya que normalmente sobre el pasto, el calor de los cuerpos condensa la humedad en la parte exterior del piso de la carpa) y orear los sobres de dormir, dejamos nuestro hospedaje temporal para disfrutar por una hora de recorrer y tomar fotos de este pintoresco, pero muy caro y turístico pueblito.

Nuestro destino de hoy era un poco incierto pues el ascenso nos estaba costando bastante físicamente. Para las 10.30 AM. y luego de habernos cruzado con una familia de holandeses que a pesar de tener dos niñas planeaban viajar un año por el mundo haciendo paralelamente la escuela de las niñas a través de libros e Internet, estábamos otra vez sobre la ruta 9, otra vez confundidos con los datos de carteles en el mapa que nuestro instruido amigo de información turística en S. Salvador nos había facilitado.













Apenas 40 minutos después habíamos ascendido unos 200 metros, pero avanzando 11 km.
Maimará nos llamó la atención, pero debíamos desviarnos unos km. de la ruta 9 y pretendíamos avanzar una distancia considerable este día.




Tomamos un descanso allí y retomamos la marcha hasta Tilcara, a 2465 m.s.n.m. (a tan sólo unos 20 km. de Purmamarca) donde ya el cuerpo no nos daba más.


Pasamos la noche pegados a la estación de servicio YPF en un predio semi-abandonado donde nuevamente la diarrea atacó a Pablo. Por fortuna, allí en la estación si había baño…


El pueblo es muy bonito, está muy conservado y hasta los más modernos negocios conservan su fachada centenaria.

La gente de aquí se mostró con muchas ganas de colaborar, incluso cuando la 9 mm. nunca fue mostrada.





El 28/10 despertamos antes que el sol, Pablo recuperado de su diarrea, pero aún un poco débil, aunque ambos bastante frescos debido a la ducha que tomamos el día anterior por un peso argentino en la YPF y el estómago contento por la pasta que habíamos cenado. Antes de la 8 AM. estábamos dejando este pueblo ya que habíamos decidido no pagar los argentinos $30 que pretendían usurparnos por hacernos un recorrido por las ruinas que habían allí.





De esta forma emprendimos camino con la intención de pasar la noche en Humahuaca, sitio que le da nombre a toda la quebrada de la que venimos hablando prácticamente desde Yala.
Para las 10.30 AM. ya habíamos pasado el trópico de Capricornio que se encuentra en Huacalera, a unos 16 km. de nuestra partida, nos cruzamos y nos detuvimos a conversar una media hora con Randy y Nancy de Colorado (EE.UU.), otros dos viajeros en bicicleta que llevaban para ese entonces 21.000 km. recorridos en dos años desde Canadá.





Muy interesantes consejos y sugerencias nos dieron e incluso algún que otro sitio Web gratuito en donde bondadosas almas brindan alojamiento sin costo alguno en distintos puntos del mundo a ciclistas y viajeros.



En la sección DATOS ÚTILES, encontrarán interesante información sobre “casas de ciclistas”, links de páginas de ciclistas que han realizado diferentes rutas por el mundo, etc.




Pocos kilómetros después nos encontramos con un particular y pequeño pueblito llamado Uquía del que nos llamó mucho la atención su iglesia que se encuentra sobre la ruta.

Aprovechando la parada de los buses y los 2818 m.s.n.m. a los que nos encontrábamos tomamos un descanso para continuar dos horas más tarde. Aquí comenzaron a sentirse sin duda los efectos de la altura.





Paisajes desde Purmamarca a Humahuaca







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