10 feb 2010

CAPÍTULO 5: ECUADOR (II) Santa Elena - Montañita

(Gracias papá y mamá por subir todas las fotos)





Debido a unos pequeños errores míos de información, de Santa Elena partí temprano para llegar a Salinas también temprano y conocer a la familia con la que pasaría unos días.
Dije error porque no me informé lo suficiente y el recorrido de 7 kilómetros se convirtió en un caluroso pedaleo entre el tráfico del 28 de diciembre de 27 kilómetros. En el camino me crucé con estos espectaculares seres Divinos de la Naturaleza. (hacer click aquí para los videos)



Finalmente llamé a Santiago Torres y él, me fue a buscar hasta donde estaba; caminamos unas 4 cuadras y llegamos a su casa y me presentó a su familia.



La mami (como le dicen aquí en Ecuador) se llama Piedad, pero todos la conocen por Pia; el papi se llama Carlos y el ñaño (el hermano) se llama Richard.

Allí pasé el 28 y ni miras tenía yo de moverme el 29 así que previa solicitud, me quedé otro día más. Luego de un hermoso 28 y 29 de diciembre, aún yo muy cómodo y conociendo vecinos y amigos de la familia Torres, me planteé la posibilidad de quedarme otro día más e irme el 31 para pasar año nuevo en algún lugar solitario.

Una de esas tardes allí con la familia Torres, Santi me invitó para ir a una exposición que no sabía bien de que se trataba pero él, intuía que debía de ser buena. Llegados a la exposición, era de cuadros (muy buenos) y de danza árabe.



Tuve el gusto de conocer a un matrimonio, -el capitán Dillon y Yolanda- que por sus preguntas y filosofía se notaba que tenían mucha "calle". Me invitaron a conocer el Farallón, una hostería que ellos dos poseen en un balneario rumbo al norte que se llama Ballenita. Me dieron la tarjeta del lugar y me invitaron a que pasara una noche allí si así lo deseaba yo.

Pía no salía de su asombro por la invitación que esta pareja me había hecho. Ella me contaba más tarde en la casa con toda su familia apoyándola y haciendo iguales comentarios de que allí, habían festejado el casamiento de su 3era hija, Andrea, y que el lugar era muy bonito, con paisajes únicos tal vez, en el mundo.

Me quedé muy contento pero tanto cariño estaba recibiendo y tan cómodo me sentía en la casa de esta hermosa familia que le dije a Santi si sería mucho abuso pasar el 31 con ellos y marcharme el 1ero de enero para ir al Farallón. Santi me dijo que no había ningún problema, que su familia estaba feliz que yo estuviera allí y siguió dándome sugerencias y consejos para manejarme en Galápagos ya que él vivió allí por 2 años.
-Contaré un poco más delante de que se trata esto de Galápagos-

La dulzura de Pía, la creatividad e ingenio de Carlos (que es todo un artesano además de trabajar en la fuerza aérea ecuatoriana), la inteligencia y el arte dibujado de Santi y las profundas preguntas de Ricky, no me permitían despegarme de esta familia asimismo como los vecinos, puntualmente un colombiano que me calló súper chévere (como dicen aquí).

Durante esos días, estuvimos saliendo a pasear, a conocer a diferentes amigos y allegados de la familia como fue el caso de Nora, una austríaca muy simpática, cariñosa e inteligente, musicóloga con la que tuvimos también muy interesantes conversaciones y el 31 de diciembre pudimos ver la salida de la luna llena en pleno eclipse a eso de las 19hs, a pocas horas de finalizar el 2009. Un casual y oportuno apagón nos permitió desfrutar de este espectáculo Universal poco frecuente (ver fotos).




La tarde del 31 Carlos (el papá de Santi) nos llevó a recorrer Salinas y debido a que él es funcionario administrativo de la FAE (Fuerza Aérea Ecuatoriana) consiguió que lo dejaran pasar a La Puntilla, un lugar restringido para los civiles de donde se tiene la vista más occidental del Ecuador y es el segundo punto más al Oeste de todo Sudamérica).

 


En la noche del 31 de Salinas (donde pasamos la última hora del 2009), quedé sorprendido por la cantidad de gente que había y los incontables fuegos artificiales que pudimos disfrutar esa noche. Reconozco que también se me pasó en varios momentos, cómo en un país se puede decir que no hay dinero cuando miles y miles de miles de dólares se queman solo por una diversión que dura unos pocos segundos… (para ver los videos hagan click aquí y/o aquí)




Aquí en Ecuador, tienen los monigotes o mejor conocidos como los "año viejos". Éstos son maniquíes hechos de cartón y pintados. La idea es que simbolicen a alguna figura humana y de alguna manera lo que se quiere es materializar una mejora en éste personaje representado. Muchos monigotes habían de Michael Jackson, del presidente Correa (presidente ecuatoriano) parece como que la gente no quisiera dejar a este primer hombre marcharse en paz…

Como decía, la noche del 31 fue muy intensa en cuanto a colores se refiere y, como de costumbre, más de un gay se me acercaba al verme solo (ya que Santi y Nora estaban bailando salsa) y me decían que en mi rostro veían a Jesús, o a un ángel, etc, etc, etc. Como el tema ya es conocido para mí, hacía de terapeuta sobre todo a aquellos que me decían borrachos que se querían suicidar, que eran desviados puesto que Dios los condenaba y no los aceptaba y bue…, les llamaba la atención que yo no tuviera nada en contra de ellos que incluso hasta se acercaban a 20 cms. de mi cara como probándome a ver si yo me sentía incómodo o me movía hacia atrás. Para mí, ellos y ellas también son seres humanos y tienen exactamente los mismos derechos que los heterosexuales, no son en absoluto especiales si es que así alguno se cree. Yo, esto lo vivo, no solamente lo digo, sé lo que es sentirse y/o saberse diferente del modelo social pre-estipulado.

Como a las 6 y media de la mañana volvimos a la casa de la familia para acostarnos a dormir y obviamente, ya no iba a salir ese día. Además, claro estaba para mí que llegar un 1ero de enero a una hostería era una estupidez ya que estaría todo ocupado el hotel y el restaurante a full también y tendría que dormir en mi comprimida y agujereada carpa.

Luego de compartir gratísimos momentos con todos ellos 4 e incluso, hasta alguna conversación con Andrea que vive en Inglaterra con su esposo e hija desde hace unos pocos años, no encuentro la forma, los colores, o la intensidad con la que pintar mi gratitud hacia la familia. Incluso Edgar, (el vecino colombiano del que hablaba anteriormente), se sentó un día a conversar conmigo y me contó de sus viajes. Él trabajaba para la Ericsson y había estado mucho tiempo en Argentina y Uruguay instalando radio-bases celulares a finales de los 90. El punto es que Edgar, me dijo que se tenía que ir a trabajar así que me dejó con ganas de escuchar más historias de este simpático y agradable hombre. Yo estaba en el dormitorio acomodando mis cosas, empacando, cuando Edgar se aparece allí adentro y me estira 20 dólares para algún gasto que me surgiera en el camino…
No hubo forma de decirle que no, y sabiendo que ese gesto no salía de su bolsillo sino de su corazón, lo acepté con mucho cariño.

La gente no deja de sorprenderme día a día.

Desde hace ya varios años, por personajes con los que he convivido y lectura también Oriental (India, Tailandia, Nepal, Tíbet, etc) se ha despertado en algún lugar de ese Ser llamado Pablo Ignacio una inquietud tan difícil de explicar como de negar.
Hace ya varios años que la cultura Oriental de alguna forma empuja y hasta en alguna medida, maneja mi vida. Para muchos quizás, al leer esto se les despierte un "aaaah…." como si entendieran todo lo que ha ido sucediendo.

La verdad es que si, es que ese, seguramente sea el combustible que hace que mi voluntad, entereza, decisión y/o convicción mueva mis piernas.

Como decía, luego de varios meses de investigación, resolví que debía ir a visitar e integrarme aunque fuese temporalmente (como todo es en esta vida) a esa cultura tan inimaginablemente rica. Si, obviamente en bicicleta no se puede cruzar el Atlántico ni el Pacífico; así que como los vuelos están alrededor de 2 mil y pico de dólares, impensable era para mí el pagar uno.

Por este motivo, comencé las investigaciones de formas alternativas para llegar al Oriente y me encontré con veleros. Me encontré con personajes como Gustin Mafei (de Marruecos) que lleva 25 años viajando en velero por todo el mundo, me encontré con Patricio Ballesteros (catalán) a quien conocí en Janajpacha (Cochabamba, Bolivia) y llegó al continente tras emprender una travesía de 30 días en velero desde Canarias y en fin, he ido conociendo mucha gente que ha viajado o conoce a alguien que ha viajado en velero o algún otro tipo de embarcación haciendo largas travesías oceánicas.

Mi investigación comenzó en ubicar los diferentes posibles puertos desde alguna de las 3 Américas. El primero es San Francisco, Estados Unidos, el segundo es Miami, Estados Unidos, el tercero es el canal de Panamá, el cuarto es Cartagena, Colombia, el quinto es Galápagos, Ecuador.

Casualmente, es Galápagos de donde TODAS las embarcaciones que parten de los otros 4 puertos nombrados confluyen para visitar y reabastecerse antes de emprender la vuelta o seguir camino antes de cruzar 25 días de soledad para llegar a las Marquesas.

La llegada a Galápagos es relativamente fácil para un turista convencional. Hay varios vuelos semanales desde Quito (capital ecuatoriana) y chárteres vía el océano Pacífico que por cantidades cerca de los 300 a 350 dólares lo llevan a uno…

Sumando que la entrada al Parque Nacional Galápagos es de 100 dólares (50 dólares para países del Mercosur) el viajecito se va a casi 500 dólares incluyendo la comida y alguna posible espera en Quito (alojamiento)

Intenté de muchas diferentes formas el viajar en barcos de víveres que salen dos veces por semana desde Guayaquil y Manta, pero requería de un permiso especial primero del capitán, y luego de la capitanía de puerto autorizando a llevar a un extranjero. Lo difícil en realidad es que llegado a Galápagos, migraciones exige pasaje de vuelta pues, las leyes indican que nadie puede llegar sin éste.

Llegado a Galápagos, debería presentar o mi pasaje de vuelta más los 50 dólares (por ser integrante del Mercosur) o una carta de solicitud como tripulante para un velero firmada por el capitán de alguno.

Ya es lo suficientemente difícil encontrar un velero en un puerto como para encontrar un capitán que sin conocerle a uno, le envíe una carta de recomendación haciéndose responsable durante la estadía en Galápagos hasta partir… Una verdadera locura.

Toda esta información, la sé hoy, 7 de enero del 2010, pero contaré antes cómo fue que llegué a éste "lugar"

Como conté antes, el 2 de enero, partí hacia el Farallón previa triste despedida de la familia Torres. Ricky no se encontraba pues estaba trabajando, pero nos sacamos unas fotos con Pía, Carlos y Santi. Pía entre lágrimas me acariciaba la barba y me decía que me cuidara, que cualquier cosa podía volver y que escribiera para saber de mi paradero. A mí se me aflojó todo y también estuve a punto de estremecer mi alma con gotas de agua salada.



Emprendí el pedaleo con la bicicleta haciendo ruidos por todos lados por dos motivos; uno el desgaste propio de 8 mil kilómetros y dos, el haber estado tanto tiempo parada tan cerca de la costa (la humedad salada del ambiente)

Luego de apenas 8 kilómetros llegué al Farallón Dillon y quedé boquiabierto, atónito al ver ese espectacular lugar. El Farallón combina un arte marítimo con un exquisito gusto en decoración junto con objetos centenarios hallados por el mismo capitán Alberto Dillon.



Yolanda es quien junto con la ayuda de su esposo Alberto ha decorado el lugar por más de 16 años. Lo han convertido en un lugar ÚNICO en el mundo y le sumaron un hotel y un restaurante con platos sumamente coloridos y muy sabrosos.
Lo que en realidad más me interesaba era conversar con el capitán y pedirle algunos consejos y datos útiles para mi cruzada del Pacífico. La charla esperada tuvo lugar luego de dos días de estadía allí (invitados gentilmente por ellos) justo el día en que yo me iba hacia Montañita.
Nos sentamos con el capitán y me dio clases de vida, citó algunas frases y pensamientos, reflexiones y sensaciones que la vida le ha dejado luego de 6 décadas (que no se notan).
Me contaba que a él le encantaba conversar y que justamente, con salir a caminar sin rumbo, visitar sin motivo alguno, conversar de la vida era uno de esos tres elementos que la civilización moderna había olvidado en su frenetismo desenfrenado materialista.

Llegó casualmente una amiga de ellos, Rocío del Campo y me pasó una cantidad de contactos que ella tenía, ¡mismo en alguna de las islas de Galápagos!

Continuó la conversación con el capitán por varios minutos más hasta que de la heladera sacó unos duraznos y me dijo, ojalá que no vuelvas… (pues si volvía es porque no había conseguido lo que quería) Me resultó muy conmovedor su gesto y lo agradecí con una reverencia (cosa que pocas veces había hecho hasta el momento "Namasté")
Me dio un abrazo y luego de despedirme de Yolanda y los chicos que allí trabajaban con quienes había compartido la jornada anterior, partí hacia Montañita.
















Quisiera antes de seguir, compartir dos fotos que me han hecho pensar mucho estos últimos días. Son fotos sacadas en Salinas ambas, una (La del "Che") en el sitio espectacular que está creando Douglas Dillon y la otra en Salinas, en pleno centro.



Ahora sí; el camino fue ondulado, con subidas y bajadas como la vida misma y con un sol mezclado entre las nubes, con paisajes de la costa hermosos de agua turquesa y aves acariciando el Universo marítimo.





A Montañita llegué como a las 16 hs. Di unas vueltas por el pueblo y según dicen aquí y todas las personas que me habían o han dado alguna referencia del lugar, Montañita es la última comunidad realmente hippie que hay en Sudamérica (yo diría que en Ecuador pero no en Sudamérica).
Aquí no roba la gente, cada uno se viste y anda cómo y con quien quiere. La playa es un lugar muy distendido en donde se respira desde olor a marihuana hasta alegría, paz, armonía, es un lugar en donde se ven botellas de cerveza regadas por toda la playa al final del día iluminadas por una bola naranja que incendia el océano Pacífico alrededor de las 18:30 en un estallido de tambores, guitarras, danzas tribales, capoeira y gente ensordecida por el sonido de la nada.

 



Ya que no tenía donde quedarme, mi búsqueda comenzó con solo un nombre que había sacado de internet de una persona que hace un tiempo ofrecía alojamiento en su terreno.
Su nombre es Francisco pero la gente aquí lo conoce por "amor infinito"
A las pocas vueltas, conocí a José Guevara, otro personaje sin igual que la vida me ponía enfrente. José, padre de 5 hijos, vive en Montañita hace 11 años y ha visto a este lugar transformarse y pasar desde el rechazo hasta la aceptación de todo menos violencia y desamor. Las chicas en la calle no tienen ningún pudor en mirar a la cara a quien se le plazca, visten como quieren y se las siente y VE muy libres, no tienen la carga de los prejuicios o cómo deben comportarse en el sistema. Internet es caro, pero ir a las tiendas aquí (de comida) es como ir a cualquier otro lugar del Ecuador, los comerciantes no se "avivan" por estar en un punto turístico.

Como decía, José a sus 19 años dejó la universidad de medicina y salió a dedo sin despedirse de nadie, ni tan siquiera de sus papás hacia Cuzco, Perú. En Lima le robaron absolutamente todo pero, igualmente incluso sin pasaporte, logró llegar a Cuzco en donde se metió y encontró lo que buscaba, esa paz interior que hoy es motivo de sana envidia de muchos de nosotros, luego de varias décadas sus ojos irradian armonía, amor incondicional y mucha tranquilidad, se le huele esa energía armónica y pasiva que sus poros emanan. José, un personaje muy singular, en pocos días que viví en su casa, me enseñó sin él saberlo, solo con su humilde y tranquila actitud muchas cosas más de las que seguramente él mismo podría imaginarse.

¡¡En su casa pasé unos 20 días!!, conociendo a toneladas de argentinos/as que por allí andaban y que algunos de ellos, incluso alquilaban cabañas o habitaciones en su lugar llamado "El Refugio" en el barrio el Tigrillo. Recomiendo plenamente este lugar, las noches son muy tranquilas, hasta se puede escuchar sin hacer esfuerzo el mar que está a más de un kilómetro de distancia por el silencio en el ambiente.

Con él, viajé para ahorrarme el pasaje (ya que él tenía que ir) hasta la Libertad para desde allí, moverme entre ésta y Salinas buscando información y ayuda del asunto veleros.
Internet en Montañita sale 1,5 dólares mientras que en La Libertad cuesta 60 centavos de dólar. Aproveché obviamente a conectarme un rato allí, pero por causa de los cortes de luz, a las 12 se me vio truncada la conexión pero en la media hora que estuve conectado puede rescatar algo de información.

Luego de una noche de lluvia con un ayuno voluntario de 24 horas me pregunté casi toda la noche: qué es lo que yo habría hecho o debería hacer para estar recibiendo continuas bendiciones del Universo.

Me preguntaba si será la realidad real o será solo un sueño; y serán los sueños solo sueños o serán los sueños la verdadera y única realidad.

Felipe, el hijo menor de José, con sólo 16 años, me requería de un esfuerzo para poder comunicarme a su nivel de madurez pues, era muy pero muy maduro para su edad. Seguramente, la herencia genética recibida por su papá es algo innegable.
Feli se preguntaba constantemente asuntos existenciales, es muy inteligente y preguntaba qué opinaba uno y otro de los huéspedes que en "el Refugio" habitaban.

Con Felipe fuimos en alguna oportunidad a la playa en la mañana temprano a practicar algo de yoga y capoeira. Luego de las prácticas, tuvimos muy lindas charas y este pequeñín, no paraba de preguntar cosas que me hacían pensar una y otra vez.

Mi partida de Montañita no está estimada. Llevo aquí más de 10 días y sigo a diario encontrando información en internet y en varios contactos que Santiago Torres me ha enviado vía e-mail.
Ha sido un relax total el estar aquí, he conocido gente de Chile, Argentina, Uruguay… sí, luego de miles de kilómetros, aquí conocí a un uruguayo fuera de serie, a un personaje ¡¡único en el Universo!! Su nombre es Alfies y viaja desde setiembre del 2008 rumbo a México para encontrarse con su futura esposa a quien conoció por internet, y luego de 4 años de chateo decidieron verse por primera vez y casarse en Cancún.

Alfies se ha enfrentado a todo tipo de adversidades. Lo han intentado deportar algunas veces, la policía boliviana y peruana, lo ha corrido de todas las estaciones de buses, se enfermó 20 días y durmió afuera de la terminal de tren de Villazón (un pueblo fronterizo inseguro, asqueroso y sucio) y ahora, vivía en un cyber de aquí, de Montañita, donde a la noche, luego de trabajar desde las 9 am hasta las 4 am del siguiente día tiraba un colchón (o mejor dicho un pedazo de colchón destrozado y agujereado) en el piso del mismo cyber y allí dormía. Un tipo… RARO.

Con Alfies pasamos tardes enteras mateando y cantando, tocando la guitarra y conversando, la verdad es que pese que hay muchas cosas de su personalidad que no comparto y seguramente tiene que trabajarlas un poco, él, hijo de la dictadura, las reconocía pero para él lo primero es la familia que nunca había tenido. Con su madre fallecida a sus 8 años y su padre desaparecido durante la dictadura en Uruguay, para Alfies, era muy importante con 40 años formar una familia y atravesaba en condiciones más que precarias dos continentes para llegar a México a verse las caras POR PRIMERA VEZ con su futura esposa Karla.



Personaje tan simpático, hablador, engatusador y extrovertido como Alfies fue el paso para conocer a gente de toda Europa, de Estados Unidos, de Brasil, Venezuela, Colombia, Ecuador, Honduras, de Córdoba, de Mendoza, Buenos Aires, Gualeguaychú, Rosario, de Uruguay, Chile, etc, etc y un larguííísimo etc.


Allí pasaba en el cyber charlando con él y hasta alguna vez, nos escapamos antes de que abriera el local a la playa a tomar mate y cantar canciones de Zitarrosa y los Olimareños.



Montañita es un ambiente muy tranquilo, con música, drogas, alcohol, espiritualidad, materialismo, buena alimentación y bue… en fin, hay para todos los gustos y colores. Estoy a pocos días de irme y quisiera destacar este pueblo, como el pueblo 8/10 de todos los que he conocido en el trayecto desde Montevideo hasta aquí, Montañita, Ecuador.

Motivo también por el cual me quedé tanto tiempo en Montañita es responsabilidad de Lisandro, Yanquel y la Flaca (Gualeguaychú, Tegucigalpa y Córdoba) con quienes como hermanos compartíamos películas, conversaciones muy interesantes y profundas, música, mates (con yerba Canarias) y dulce de leche Conaprole (excelente dulce de leche uruguayo que le había llevado la mamá de Lisandro).



Yanquel, además de un tipo muy cómico y simpático, es también todo un artista, pintaba, cantaba, tocaba la guitarra, diseñaba páginas web y hacía algo muy interesante con arena.


Sobre una mesa de vidrio con luces de colores de fondo, ponía arena sobre ésta e iba armando diferentes figuras sin ningún tipo de planificación o guión. Sugiero que vean los videos de él mismo trabajando en vivo y en directo porque para mí, fue algo completamente nuevo e impresionante. (para ver los videos hacer click aquí)










La flaca, una gran, pero gran persona, una queridísima hermanita del alma y Lisandro, de esas amistades pasajeras, superfluas, que no valen nada… ¡¡¡ja ja ja ja ja ja!!!
(Esto lo escribo apropósito porque es lo que él menos se espera que yo escriba ya que bien sabe que también para mí, él es otro hermano del alma que queda en mi corazón. Es un excelente músico y un mejor Ser Humano. ¡Seguí cambiando, seguí así Gurí!)

Publicaré aquí unas cuantas fotos juntas, incluso las de Francisco que fue la excusa para ir a Montañita y que finalmente, ¡¡logré conocer!! (primeras dos fotos)













Fotos varias del Refugio, el alojamiento que ofrece José Guevara rodeado de pajaritos, verde y flores sumados a la paz del canto de las olas del Océano que se escuchan en las profundas noches de silencio. Además, lindero con su predio existe un centro de ceremonias chamánicas guiado por un muy pero muy interesante chamán, su nombre en Jorge y tiene una línea muy particular de chamanismo, "chamanismo Maya"



El 22 de enero partí de este simpático y acogedor pueblito rumbo hacia el norte con la idea de llegar a Bahía de Caráquez donde el dueño del club de yates local Tripp Martin, me espera en Puerto Amistad (nombre de la marina) para conversar conmigo y recomendarme a los capitanes de veleros o catamaranes que estén disponibles y viajando a Panamá o Galápagos pronto.
















Continúa

7 comentarios:

Gonzalo dijo...

Me alegra mucho leer tu blog estimado caballero viajero, soy precisamente uno de los chicos que trabajaba en el Farallon Dillon en aquel tiempo que estuviste compartiendo en el lugar. Por casualidades de la vida, navegando en la internet encontre este blog, muy interesante y que demuestra el alma viajera y volatil que posees, espero poder lograr enviar todas las buenas vibras que intento a traves de este mensaje. Bendiciones y sigue adelante. Recuerda que el mundo es nuestro, es un pañuelo, depende de cada uno bordar con hilo eterno nuestros nombres en su rasa textura. Exitos.
Att
Gonzalo Vera

Anónimo dijo...

Gio
Gracias por narrar tus vivencias en Ecuador, buenas o malas nos ayudan a reconocer nuestra realidad. Quisiera aconsejarte y preguntarte cosas, pero después de leer tu blog creo que me quedaría corto en consejos o preguntas. Solo me limitare a agradecerte por recorrer los caminos físicos, espirituales y culturales de Ecuador y por compartirlo.

Pablo Rusiñol dijo...

Ni buenas ni malas. Simplemente son. La realidad no es nuestra, no hay una sóla ni un o unos dueños, hay 7 mil millones de realidades, tan subjetivas como los 14 mil millones de ojos que las perciben (asumiendo que todos tiene 2 ojos aunque algunos tienen un tercero)
Acepto y espero con ansias tus consejos.
Tus preguntas me pueden ayudar, te agradezco no te detengas y me las hagas llegar.
Ecuador es un país que marcó mucho el viaje. Quizás no tanto como Bolivia, pero más que otros lugares y mucho más que otros tantos lugares. Ecuador está sentado en primera fila en mi alma hermano/a

Apropósito... ¿quién sos?
En fin, no importa tanto esto, es curiosidad y, como no soy gato de momento, no creo que me mate esa curiosidad como en el dicho.

un gran abrazo desde Guatemala

Anónimo dijo...

peter
te felicito por tu blog bueno a mi me rrobaron en el hotel papaya de montañita la encontre en mi pieza a la justo me cobro revisandome mis maletas le logre quitar mi camara y mi denero 350 euros entres sus diminutas tetas ella me rogo que no dijera nada del hotal papaya por que su hermano es el dueño y una de canada para que todos sepan la ladrona se llama fane o fani laines la denuncie
gracias hremano por poder poner ayudame a contactar con el hotel papaya para que se entere del robo por fa

Anónimo dijo...

camilo y andrea
a nosotros esta tipa del hotel papaya nos cobro 30 dolares y solo anoto 20 roba a su propio hermano y a los turistas es una no tiene nombre a mi novia en el bus nos dimos cuenta y le faltaba sus telefono y su billetera la mi novia dice que la vio arreglando el baño de nuestro cuarto por fa denuncien a la policia pero es la hermana del dueño ella dijo eso malditasi sisi

Douglas Dillon dijo...

Saludos hermano viajero, gracias por todos los detalles que publicas en tu blog, y las fotos estan muy buenas, por medio de todo esto, nos permites hacer un viaje imaginario a aquellos que por diferentes razones, te comento que nuestro centro cutlural ya esta funcionando con viento en popa, miralo algun momento en rutadelson.com saludos desde la Peninsula Douglas Dillon

Anónimo dijo...

LA verdad que te quería agradecer ya que para estas vacaciones con 2 amigas más tenemos pasajes a Ecuador y los sacamos porque nos habían dicho que Montañita era el lugar perfecto para este momento de nuestras vidas...... asi que toda esta info es muy bienvenida!
de paso, no se, aprovechamos para pasarnos por Galapagos?