8 ene 2010

CAPÍTULO 5: Viajar con lo puesto



Despertando en la suciedad; viajar con lo puesto.

En primer lugar, quisiera definir o explicar lo que para mí, es viajar con lo puesto.
Hace ya algunos años que intento llevar una vida más sencilla en cuando a lo material se refiere. No es entonces difícil de imaginarse que, en el desenfrenado frenetismo y sonambulismo en el que vivimos, sumergidos en un sistema que nos bombardea con aparatos electrónicos, estrepitosos sonidos llamativos y tentaciones superficiales pero, al parecer muy efectivas; cada vez más gente intente vivir una Vida con más Vida, con colores intensos y no con pantallas de alta definición es a lo que me refiero, buscando cantos reales de pájaros en vez un mejor sistema de audio para su casa a los que hoy en día, solo les falta hacer el café.

El consumo se extiende, se masifica, pero me pregunto, ¿quién consume a quién?
Internet es un claro ejemplo de abundante información y escaso conocimiento, y por supuesto menos aún, sabiduría o comprensión de uno mismo.

Pero claro, ahora con este trillado tema de la globalización, vivimos en un mundo más chato, plano y homogéneo; es mucho más sencillo crear necesidades estandarizadas ya que cada vez, somos más iguales, quiero decir, cifras en informes y estadísticas de las multinacionales o números en documentos de identidad. ¿Identidad de qué, de quién, para quién?

Y la vida continúa, al menos esa robótica semana que llamamos vida que quizás, solo sea una intrascendente supervivencia llamada "normal" tan solo porque "la mayoría lo hace así"
Las casas cada vez tienen más cosas intentando rellenar los abismos espaciales de nuestro ser.
Los seres humanos intentamos exponencialmente comprar más y más ficticias seguridades para ampararnos tras de estos castillos de arena a sabiendas –al menos en el fondo de nuestro corazón- de que la primera ola que venga, se llevará ese televisor, esos colorantes, ese gimnasio de la TV, esas pastillas para adelgazar y, finalmente esa vida llena de miedos e intranquilidad que se traduce en insomnio, pesadillas, estrés, discusiones, violencia, depresión, dolor, etc., terminará por dar a luz al más infeliz de los seres humanos sobre la Tierra.

Esta innegable realidad en la que elegimos vivir sumergidos, al parecer es la que queremos disimular con la comodidad de sentirnos a salvo de cualquier prejuicio importante o de esa soledad (tan malamente difundida) y la impotencia de sufrir en un anonimato sagrado por un sistema que entierra en tumbas amordazada y silenciosamente el horror de muchos con vacías ilusiones de seguridad médica, económica y hasta incluso afectiva, en un contexto de una igualdad envenenada y una justicia fácil de corromper o sobornar.

Les tengo una mala noticia; aquí no hay inocentes, quien sufre en esta sociedad, en realidad es culpable de sufrir las consecuencias que respirar en ella implica y; sin duda, es cómplice y parte de ella por causa o defecto; es decir; no puedo ser ecologista y vivir anti-ecológicamente, no puedo promover la paz y llegar a casa a golpear a mi perro.

Soy de los que sueñan con un mundo más sano, con gente más amorosa, de los que tienen en su mente y corazón una vida más utópica y un proyecto de evolución real para su alma, para su Ser. En este mundo, en esta escuela de vida llamada Tierra, hasta las utopías son posibles; es simplemente tener la convicción y voluntad para poner el primer ladrillo, para dar la primera pedaleada, los restantes 7mil kilómetros son en realidad, una simple consecuencia del Universo conspirando a nuestro favor, un premio por haberse decidido a dar el "primer paso"

El viaje.
La gente me pregunta cómo me solvento, si me canso o no, cual es el objetivo de mi viaje, a dónde quiero llegar, como llegué al punto de querer hacer esto y, ¿saben qué? las cientos y cientos de respuestas que he dado, son superficialmente diferentes para no aburrirme de hacer siempre el mismo cuento obteniendo superficiales comentarios o caras de "no entiendo nada de lo que decís" y al final, terminar dándole la interpretación que cada uno quiere sin haber escuchado la respuesta real sobre lo que preguntaron; así que tomé la precaución de enviar un mensaje oculto en el que las palabras cambiaran, pero que en esencia, les sigo transmitiendo lo mismo: Créanme, inténtenlo que la vida es algo más…

Viajo con lo puesto.
Esto es, que lo puesto, no quiere decir desnudo o literalmente con lo puesto como muchos me recriminan cuando se dan cuenta que llevo dos pares de medias y tres camisetas en vez de "lo puesto", sino con lo que para mí, es básico. Y básico, tampoco quiere decir imprescindible porque creo, que imprescindible solo es la voluntad, o mejor dicho aún, la entereza.
Así es, que viajar con lo puesto, en mi caso y según como lo encarno yo, es solo llevar lo que para mí es útil. Esto se puede extender rápidamente a la vida en sociedad.
¿Para qué es necesario tener 3 televisores en una misma casa? Para separar aún más a sus miembros…

Supuestos.
No me detendría el viaje la pérdida o robo de documentos, bicicleta, sobre de dormir, dinero, cocinilla, etc.; sin embargo, el no sentirme plenamente convencido de lo que hago, pero sobre todo, como lo hago, hubiera sido un motivo más que justificado para abandonar el viaje hace miles de kilómetros atrás.
El viajar en bicicleta –que es del medio de viaje del que considero puedo hablar- es un sistema un tanto sacrificado si uno lo ve estrictamente como un medio de transporte, es un medio en el que físicamente, si uno no sabe realizar del viaje algo más profundo, termina siendo una estúpida auto-tortura, por lo que evidentemente, para mucha gente, puede ser algo heroico o digno de destacar; sin embargo, para mí es simplemente una forma de avanzar, una herramienta más de la cual hoy dispongo y que utilizo y utilizaré en tanto ésta, no sea un calvario.

Orientación.
Ésta no es dada por un GPS que me mantendría distraído de la vida con frecuencia, o interesado en la altitud a la que voy o a la distancia que estoy del próximo destino; de hecho, el mapa que llevo, creo no haberlo consultado NUNCA en la ruta (además que es un viejo mapa general de todo Sudamérica con pocos detalles).

He constatado con asombro que si uno está pendiente de estas tonterías, (distancias, altitud, próximos o pasados pueblos) deja de sonreír, de disfrutar y, comienza a desear o anhelar el llegar al próximo destino o consultar la distancia hasta la próxima bajada (es decir, el tiempo de tortura)

Asfixiado, distraído, ensordecido por pensamientos y deseos, uno deja de vivir el presente basándose únicamente en él como punto de referencia para soñar en la ilusión que es el futuro.

Viajar de esta forma, no difiere mucho de mirar un documental del Bolivia o Perú por TV. Se pierde la esencia del viaje, el aprendizaje se reduce a la sola y simple palabra. Ver las imágenes que la mente proyecta sobre el futuro, es igual que ver el Discovery, de hecho, hasta menos tangible pues cuando miramos la TV -aunque ausentes de la realidad- al menos no estamos experimentando los dolores en los muslos y rodillas, la agitación del corazón, el sol carbonizando la piel, el hambre o el calor y es una distracción menos.

Así es, de esta forma es que estoy intentando viajar ahora, aprendiendo del instante, de escuchar al cuerpo, de saborear los olores y de disfrutar del eterno presente, del único momento real y que, está 100% en nuestras manos y a nuestra entera disposición para hacer de él lo más sagrado que queramos o lo más miserable que podamos.

La ropa.
Pensé antes de salir en comprar determinadas indumentarias de vestimentas y solo compré un par de guantes (que se me volaron en Bolivia de la bici en una bajada).
Me he cruzado con varios ciclistas europeos muy preparados, con camisetas de 100 dólares, con pantalones especiales para la transpiración y con bicicletas que solo los 3 platos, valen más que la mía entera.
Me preguntaban en una nota en el diario Los Andes, en Puno (aquí en Perú) porqué llevaba 86kg entonces si no tenía casi ropa.
La respuesta es: llevo mi casa a cuestas ¿cuánto pesa la tuya?
Mi baño, mi dormitorio, mi vestimenta, mi taller de bicicletas, mi cocina y sus utensilios, mi lavarropas y, por supuesto ¡mis libros!

En una balanza digital, antes de salir pesé absolutamente todo, hasta las baterías extras de la máquina de fotos. Solo las alforjas vacías (las mochilas atadas con cuerdas entre sí) pesaban en ese momento, más de 6kg, imagínense el resto, imagínense ahora con la mugre que tienen todas las cosas lo gramos que llevo de más...
De todas formas, algo en lo que siempre se puede reducir peso es en la comida y libros; pues ambos se consiguen por ahí con relativa facilidad y muchas veces, hasta sin pagar.

Justamente, hice una monstruosa inversión de 30 dólares para comprar un reproductor de mp3 y sus pilas recargables para bajar de internet decenas de audio libros y escucharlos en vez de leerlos lo que me permite ir mucho más liviano y de alguna forma "leyendo" mientras pedaleo o cuando paro.

Desde el Quijote hasta Martín Fierro, desde Fritjof Capra hasta el Principito o Neruda van viajando ahora conmigo entre otros tantísimos títulos murmurándome su sabiduría.

Los camiones.
Se puede luchar contra la vida o fluir con ella. Aseguro que esta última opción, es mucho menos desgastante y más inteligente. (para mí)
Al igual que maldecir los camiones y desear que no estuvieran allí, que no pasaran tan rápido y cerca, que no tocaran bocinas tan estrepitosas, del viento en contra que estos generan al pasar a altas velocidades en sentido contrario, uno tampoco se podría colgar en las subidas si éstos no existieran, pero sin embargo, se lo puede disfrutar mucho si uno es un poco hábil para transmutar los problemas o imprevistos en oportunidades e incluso, hasta de refrescarse en las eternas subidas.

He descubierto que las cosas cambian mucho por si solas si desde el corazón sonreímos y nos proponemos sinceramente el disfrutarlas, sean tan duras como en ese momento creamos que lo sean.

Y es que viajar, para mí es un modo de crecer, de aprender en esta escuela de la Vida y constaté, que cuanto menos gaste, más interesantes y profundas son las enseñanzas que este río de la vida me trae, más linda es la gente que "Dios baja" para mí. Sé que no debo de catalogar o poner un juicio como válido para todos los casos y toda la gente, sin embargo, es mi experiencia hasta el momento y por eso, la comparto aquí.

Viajar, ¿una solución?
He conocido mucho loco suelto, drogadicto o rebelde sin causa, que viajan sin rumbo, sin norte, como hippies, escapando de algo que no les gusta hacia algo que no les disgusta tanto.
Esto, sin duda que es un insulto a "viajar" pero, quien reconoce que necesita una purificación, una desintoxicación, si sale de sobre el sofá donde está escondido con la convicción que las cosas pueden cambiar, seguro que cambiarán. No el viajar sino el CÓMO viajar, no el vivir, sino el CÓMO vivir, es lo que hará la diferencia en nuestras vidas, es la actitud de aprendiz, es decir, como dije antes, el CÓMO es el agente de cambio mucho más que el QUÉ.

Yo elijo seguir en la universidad más completa, yo diría más bien, la Multiversidad de la Calle. Ésta me trae enormes satisfacciones y profundísimos pensamientos que uno tras otro, vienen hace ya 16 meses mostrándome un cambio tan difícil para mí de explicar como de negar.

Leí en el excelente libro de la Conspiración de Acuario (de Marylin Ferguson editorial Kairós) la frase que ya creo haber repetido y escrito decenas de veces:

"No cesaremos de explorar y el fin de nuestra exploración, será conocer por primera vez el lugar por el que partimos" Yo también creo que en realidad, el único viaje que podemos hacer, es en definitiva desde aquí, hasta aquí.

Enigmáticamente, el ser humano tiene miedo a muchas cosas, a cosas que no pueden hacerle daño, y ansía otras tantas que no pueden ayudarle.
Invito a todo ser humano que se precie de tal a la reflexión e intercambio de ideas.
Avanzando es que se aprende, sigamos pedaleando juntos, tal vez, la vida es algo más…

Namasté

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Poncho Medina (México) Hola hermano me gusta mucho lo que escribes y me identifico con tu ideologia, no voy a discutir simplemente tienes razon, en la parte de orientacion me hizo recordar unas frases que lei en el diario de un mago d paulo cohelo:

Cuando se viaja en dirección a un objetivo, es muy importante prestar atención al Camino. El
Camino es el que nos enseña la mejor manera de llegar, y nos
enriquece, mientras lo atravesamos.

Tambien dice para que mirar el reloj, el tiempo no es algo que corra siempre al mismo ritmo. Somos nosotros quienes
determinamos el ritmo del tiempo.

Te agradesco igual que nos hayas mencionado en tu blog, fue un gusto pasar unos dias junto a ti.

Pablo Rusiñol dijo...

Mi ideología no es mía, es simplemente como vivo. No es un cuento ni una predicación, es la vida que elegí.
No intento tener razón tampoco, simplemente, es como hoy pienso y esto, no quiere decir que me esclavice tras mis palabras y mañana no pueda ser diferente.

No he leído mucho de Paulo Coelho, pero pese a lo que muchos dicen y lo censuran por ser "libros de autoayuda" yo creo que tiene mucho aciertos (para mi gusto)

El camino es el que nos enseña la mejor manera de llegar... muy lindo, yo solo le agregaría una cosa más.

El camino nos enseña que no hay a donde llegar, que en realidad, ya somos todo lo que queremos ser, ya somos Dios.

Siempre es un gusto y mi corazón sonríe cuando recibo un mail de "Poncho Medina"

Los mencioné en el blog del pueblo (no es mío) porque marcaron un antes y un después en ese cuate que viaja en bicicleta llamado Pablo.

Pensate lo de la bicicleta, mi oferta sigue en pié...

Un abrazote desde el mismo Universo.
¿en que Galaxia estás hoy?

Un besote

yo

Fede dijo...

que lindo que puedas fluír así :)
abrazo grande
Fede Tronquitos

Pablo Rusiñol dijo...

Pequeño salta montes...
Gracias, mil y una vez por tus palabras. Gracias por enseñarme y por mostrarte ahí, del otro lado pero a la vez, de éste.

Un abrazote desde Bahía de Caráquez, Ecuador

Anónimo dijo...

Hola! Acá enviando ondas de energía para que algún propietario de velero, barco o... balsa grande se cruce en tu camino y que te lleve con bicicleta y todo para "caminar" la vida junto a ti a través del océano. Como decimos acá "es un llamado a la solidaridad"... el chico come poco y trabaja mucho ¡trépenlo a su barco! Bueno, mientras no embarcas seguramente hay muchos secretos más para descubrir y compartir Besos de Baby Alpaca

Este es el Blog de la revista mensual de Cerro Largo. dijo...

Estimado Pablo,
tu relato es sencillamente fantástico, dejás salir con una fluidez y una naturalidad un relato tan increíble que el mismo te traslada a un mundo paralelo, posible gracias a gente como vos.

Adelante y seguimos en contacto,

Juan Pablo, de Melo, Uruguay

Unknown dijo...

¡Que genial escuchar un compatriota hablar de esa forma, que entienda lo que yo también digo y siempre me quedan mirando! Sencillamente, GENIAL.

Y como leí en otro blog (http://arcticglass.blogspot.com/): "Not the adventure of a lifetime... just the adventure of life" ("No la aventura de tu vida... sino la aventura de la vida")

Pablo Rusiñol dijo...

La vida es una aventura, de eso no hay dudas. Cúando queremos que esa aventura termine? pareciera que la mayoría quiere que termine antes de haberla comenzado....